sábado, 9 de mayo de 2020

¿Calificaciones o aprendizajes?


¿Calificaciones o aprendizajes?
La actual situación de pandemia nos ha obligado a cambiar las estrategias de enseñanza. Los docentes tuvimos que adecuarnos a las tecnologías que nos permiten enseñar a distancia.
Si bien fuimos superando los escollos, sin embargo seguimos con un gran desafío que es la calificación.
Desde siempre hemos aprendido a pedir notas, a ser calificados, a competir.
 Aún de grandes seguimos pidiendo lo mismo. Recuerdo una anécdota: hace unos cuantos años cuando di una materia en el tramo pedagógico para profesionales.
 Los alumnos eran todos profesionales a los cuales les faltaba el título docente. Había entre ellos Psicólogos, Contadores, Licenciados en comunicación, abogados, etc. Cualquiera de ellos me podría haber enseñado a mí, en cuestiones de su incumbencia.
Para esa ocasión compre nuevos libros, me preparé muchísimo para poder brindarles a mis colegas lo mejor de la pedagogía que podía ofrecerles. Prepare las primeras clases con esmero. Muy entusiasmado por poder ofrecerles todo lo que pedagógicamente conocía.
Pero mi desazón se dio en los primeros segundos de la primera clase.
Cuando comencé a hablar una profesional me pregunto: “¿cómo nos vas a calificar?”.
En eso ni había pensado; lo que más quería yo era que ellos pudieran recibir todos los conocimientos pedagógicos que les faltaba.
Con lo cual veo que el tema de la nota y la competencia atraviesa todas las generaciones, desde los más pequeños en la Escuela primaria hasta el Nivel Superior.
¿Cómo cambiar este paradigma?. ¿Cómo cambiarnos el chip?.
Esto es un gran desafío porque aún hoy, muchos docentes insisten en el tema de la nota.
No tener nota no significa no evaluar. Evaluar es distinto que calificar. Uno puede evaluar conceptualmente y no numéricamente. Por supuesto que es necesario que el alumno reciba una devolución de su docente. Para esto ayudan muchísimo las rúbricas.
¿Cómo hacer entonces para cambiar la mentalidad, primero en los docentes y después en los alumnos, de que la nota no es necesaria y que lo necesario es aprender?.
¿Cuánto alumnos hay que habiendo estudiado por la nota, después de rendir un examen y aprobar, unos días después no saben explicar lo que estudiaron?
¿Esto sirve de algo?. Para el aprendizaje no.
Por lo tanto habría que apelar a la responsabilidad de cada uno y al interés de cada uno para aprender.
Recuerdo en este momento una película que vi hace poco: “Like stars on earth” ( “Taare Zameen Par”, “Estrellas en la Tierra”)
En ella  un padre exige a sus hijos ser los mejores. A uno de ellos en una competencia le exige ser el primero. Del otro no puede aceptar que no aprenda y que tenga dislexia.
En Argentina sabemos mucho de querer ser los primeros. Hace unos años en el mundial de fútbol llegamos a la final con Alemania. Salimos subcampeones y eso nos entristeció muchísimo. En lugar de alegrarnos por haber estado entre los dos mejores del mundo nos sentimos fracasados.
Estamos siendo formados desde pequeños para la competencia y para sobresalir. Para el éxito. No para el trabajo colaborativo. No para el aprendizaje.
Entre nosotros parece que todo gira en torno a la calificación, no a los aprendizajes.
Si hoy se eliminaran la notas, muchos docentes ya no sabrían qué hacer para que sus alumnos le presten atención.
Es imprescindible volver a formar a los docentes en el tema de los intereses y la motivación. Si el alumno no tiene interés y no está motivado solamente va a estudiar por la calificación, y en definitiva, no aprenderá.

miércoles, 2 de enero de 2019

Cómo lograr que los alumnos recuerden a través del tiempo


Cómo lograr que los alumnos recuerden a través del tiempo. Cómo lograr que lo enseñado permanezca en la memoria a largo plazo y pueda ser recuperado

Hoy en día las neurociencias están en auge. Están influyendo enormemente en la Psicología, la Psicopedagogía y la Educación. Algo importante para contextualizar sus recomendaciones es que tienen una íntima conexión con los paradigmas conductista y cognitivista.
En esta ocasión ofrezco unas líneas sobre un video del Dr. Roberto Rosler, Director del laboratorio de Neurociencias y Educación de la Asociación Educar, Médico neurocirujano y Profesor de neurofisiología de la carrera de Psicopedagogía de la UCA (Bs. As.).
Lo que escribo es simplemente una guía-síntesis del video; no reemplaza al mismo. Sugiero que lo vean antes de continuar con este texto:



Rosler propone 7 pasos.
Primero: abrir memorias sensoriales (abrir los sentidos).
Lograrlo a través de 5 estrategias: 1-atención; 2-emoción; 3-organizadores visuales (p.ej. a través de mapas conceptuales, etc); 4- novedad (p.ej. contar hechos bizarros) ; 5-relevancia (relacionar lo enseñado con la vida diaria)
Segundo: Hacerlos pensar; hacer preguntas que busquen conectar lo recibido en la memoria de trabajo con lo que ya poseen en la memoria a largo plazo). Aquí se necesita tiempo y silencio para lograr el pensamiento reflexivo.
Tercero: Autogenerar. Hacer un resumen de lo aprendido con sus propias palabras
Cuarto: Fortificar. Fortalecer el aprendizaje a través de la evaluación formativa. Lo que no se haya entendido enseñarlo de nuevo, de una manera distinta.
Quinto: Practicar. A partir de la repetición se generan sinapsis. Pero hacer la repetición de una manera que no resulte aburrida. Es importante saber que la información también se consolida mientras dormimos
Sexto: Repasar. Repetir de una manera diferente. Fortificar las conexiones neuronales. Si no se repasa se corre el riesgo de que las sinapsis se poden.
Séptimo: Recordar. Recuperar lo aprendido mucho tiempo después de haberlo logrado. Para recuperar ayuda darles pistas a los alumnos.

jueves, 27 de julio de 2017

La relación entre contenidos (o la transversalidad)
La Transversalidad Educativa enriquece la labor formativa de manera tal que conecta y articula los saberes de los distintos sectores de aprendizaje y dota de sentido a los aprendizajes disciplinares, estableciéndose múltiples conexiones.
La transversalidad facilita que los aprendizajes integren sus dimensiones cognitivas (el saber teórico), procedimentales (el saber hacer), actitudinales (el saber ser: valores y actitudes) y relacionales (el saber trabajar en equipo).  cfr. https://www.ayudamineduc.cl/ficha/que-es-la-transversalidad-educativa-5


Hace ya mucho tiempo, conocí un cuento, titulado “El corcho” que acá reproduzco:

Hace años, un inspector visitó una escuela primaria.
En su recorrida observó algo que le llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.
Decidió presentarse:
-   Permiso, soy el inspector de turno...¿algún problema?
-   Estoy abrumada señor, no sé qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles...
El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
-   ¿Qué es esto?
-   Un corcho señor... -gritaron los alumnos sorprendidos.
Bien, ¿De dónde sale el corcho?
-   De la botella señor. Lo coloca una máquina.., del alcornoque.., de un árbol ... de la madera..., - respondían animosos los niños.
-   ¿Y qué se puede hacer con madera? -continuaba entusiasta el docente.
-   Sillas..., una mesa..., un barco...
-   Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito?
-   Escriban a qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano?
¿A qué país corresponde?
¿Qué poeta conocen que allí nació?
¿Qué produce esta región?
¿Alguien recuerda una canción de este lugar?
Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.
La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:
-        Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias.

Pasó el tiempo.
El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra.
Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...
- Señorita...¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?
- Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?

Hasta aquí el cuento. Pensemos ahora en la realidad.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Cómo enseñar a quien no presenta interés

En Argentina desde Marzo del año 2007 la Escuela Secundaria comenzó a ser obligatoria. Por un lado, es un hecho importante para que todos puedan acceder a la educación mínima necesaria en estos tiempos, a fin de conseguir un empleo formal. Pero por otro, ha creado un problema: jóvenes que antes no iban a la escuela, ahora están sentados en las aulas, muchas veces contra su voluntad. Ante esto los docentes y la Institución se enfrentan a un gran desafío: ¿cómo intentar enseñar a quien no quiere estar en la escuela?.

Observo un paralelismo cuando en nuestro país, en la década del 50, se dio una creciente expansión del sistema de enseñanza, enmarcada en una política educativa destinada a brindar una “Educación para todos”, lo cual generó una demanda social en orden a asegurar la adquisición de aprendizajes formales por parte de todos los alumnos.
El fracaso escolar comienza entonces en aquel momento a ser motivo de preocupación ligado a los problemas de aprendizaje.
                                                             
Desde una perspectiva pedagógica se reconocían, hasta ese momento, dos modalidades de respuesta al fracaso escolar: por una parte el rol de las maestras particulares, que abordaban el trabajo de los niños con problemas de aprendizaje mediante intervenciones reeducativas; y por la otra, el surgimiento de la educación especial, como un cuerpo de conocimientos pedagógico didácticos dirigido a personas con algún tipo de discapacidad (disfunciones o anomalías) que dificultara la normal adquisición de conocimientos, lo cual complementó el enfoque médico asistencial.

Estas modalidades de respuesta resultaron insuficientes para el abordaje del problema del fracaso escolar, por lo que se requirió de nuevos conocimientos que generaran una mayor comprensión de la problemática y dieran lugar a nuevas prácticas profesionales.

Es en esta situación donde surge un nuevo campo profesional como aporte a la problemática planteada: la Psicopedagogía.

Pues bien, considero que en este momento estamos atravesando un desafío similar, pero, a diferencia de aquellos tiempos, aún no hemos encontrado una respuesta adecuada. El planteo es, pues:

¿Cómo enseñar a quien de entrada no presenta interés?

domingo, 28 de agosto de 2016

Para qué sirve lo que enseñamos (o aprendemos).
La transferencia del conocimiento

Muchas veces se escucha decir a los alumnos ante un nuevo contenido, “y esto…¿para qué me sirve?”. Y a veces la respuesta del docente es, “ya lo verás”, “ya llegará el momento en que entiendas por qué”, o “ya lo emplearás”. En ocasiones esta respuesta es verdadera, pero muchas veces el contenido recibido jamás se usará en la vida.

viernes, 14 de agosto de 2015

Dictar materias utilizando técnicas grupales

Toda clase podría ser dinamizada con técnicas grupales.
Una técnica grupal puede ser empleada para comenzar una clase y así predisponer al desarrollo de un tema, al final como cierre o en medio de la misma.
Siempre al elegir una técnica se lo debe hacer con un objetivo definido. No se la debe usar porque "es linda", porque siempre los chicos “se enganchan” o "para cubrir un tiempo" que de otra manera no sabría cómo llenarlo.
También se debe tener en cuenta la “motricidad” y la “exposición de los integrantes”. Es decir, conociendo previamente al grupo sabremos si todos tienen posibilidad de desplazamiento o algún integrante tiene dificultades motoras; tendremos también en cuenta el lugar, si es pequeño o amplio.
Si pensamos en la motricidad, podemos clasificar las técnicas como de alta, mediana o baja motricidad. En cuanto a la exposición, lo mismo: de alta exposición de los integrantes (ejemplo podría ser una dramatización o representación, donde todos están observando a unos pocos que actúan), de mediana exposición (donde muchos son los que hablan) o de baja o nula exposición (por ejemplo, el amigo invisible).
En cuanto al uso de las técnicas en Educación tomamos lo expuesto por Gustavo Cirigliano y Aníbal Villaverde, en su libro “Dinámica de grupos y Educación” de Ediciones Lumen, que en el 2012 ya publicaba la 3ª reimpresión de la  edición 21ª, lo cual habla de la excelencia de este texto.
Lo que seguirá pertenece a estos autores, pero antes quiero señalar que en cualquier buscador de Internet colocando palabras como “Dinámica de grupos”, “Técnicas grupales” u otras similares se podrán encontrar con infinidad de posibilidades, de las cuales podremos elegir la que mejor se adecue a nuestras necesidades. A modo de ejemplo recomiendo:
y
http://www.uv.mx/dgdaie/files/2013/02/zManual-de-Tecnicas-y-Dinamicas.pdf