viernes, 30 de diciembre de 2016

Cómo enseñar a quien no presenta interés

En Argentina desde Marzo del año 2007 la Escuela Secundaria comenzó a ser obligatoria. Por un lado, es un hecho importante para que todos puedan acceder a la educación mínima necesaria en estos tiempos, a fin de conseguir un empleo formal. Pero por otro, ha creado un problema: jóvenes que antes no iban a la escuela, ahora están sentados en las aulas, muchas veces contra su voluntad. Ante esto los docentes y la Institución se enfrentan a un gran desafío: ¿cómo intentar enseñar a quien no quiere estar en la escuela?.

Observo un paralelismo cuando en nuestro país, en la década del 50, se dio una creciente expansión del sistema de enseñanza, enmarcada en una política educativa destinada a brindar una “Educación para todos”, lo cual generó una demanda social en orden a asegurar la adquisición de aprendizajes formales por parte de todos los alumnos.
El fracaso escolar comienza entonces en aquel momento a ser motivo de preocupación ligado a los problemas de aprendizaje.
                                                             
Desde una perspectiva pedagógica se reconocían, hasta ese momento, dos modalidades de respuesta al fracaso escolar: por una parte el rol de las maestras particulares, que abordaban el trabajo de los niños con problemas de aprendizaje mediante intervenciones reeducativas; y por la otra, el surgimiento de la educación especial, como un cuerpo de conocimientos pedagógico didácticos dirigido a personas con algún tipo de discapacidad (disfunciones o anomalías) que dificultara la normal adquisición de conocimientos, lo cual complementó el enfoque médico asistencial.

Estas modalidades de respuesta resultaron insuficientes para el abordaje del problema del fracaso escolar, por lo que se requirió de nuevos conocimientos que generaran una mayor comprensión de la problemática y dieran lugar a nuevas prácticas profesionales.

Es en esta situación donde surge un nuevo campo profesional como aporte a la problemática planteada: la Psicopedagogía.

Pues bien, considero que en este momento estamos atravesando un desafío similar, pero, a diferencia de aquellos tiempos, aún no hemos encontrado una respuesta adecuada. El planteo es, pues:

¿Cómo enseñar a quien de entrada no presenta interés?

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