Educación Siglo XXI
Este es un blog educativo, destinado a complementar y ampliar el trabajo de aula. Desde este lugar buscaremos analizar la crisis educativa actual e intentaremos ofrecer propuestas de solución.
sábado, 13 de agosto de 2050
sábado, 9 de mayo de 2020
¿Calificaciones o aprendizajes?
¿Calificaciones o aprendizajes?
La actual
situación de pandemia nos ha obligado a cambiar las estrategias de enseñanza. Los
docentes tuvimos que adecuarnos a las tecnologías que nos permiten enseñar a
distancia.
Si bien fuimos
superando los escollos, sin embargo seguimos con un gran desafío que es la
calificación.
Desde
siempre hemos aprendido a pedir notas, a ser calificados, a competir.
Aún de grandes seguimos pidiendo lo mismo.
Recuerdo una anécdota: hace unos cuantos años cuando di una materia en el tramo
pedagógico para profesionales.
Los alumnos eran todos profesionales a los
cuales les faltaba el título docente. Había entre ellos Psicólogos, Contadores,
Licenciados en comunicación, abogados, etc. Cualquiera de ellos me podría haber
enseñado a mí, en cuestiones de su incumbencia.
Para esa
ocasión compre nuevos libros, me preparé muchísimo para poder brindarles a mis
colegas lo mejor de la pedagogía que podía ofrecerles. Prepare las primeras
clases con esmero. Muy entusiasmado por poder ofrecerles todo lo que
pedagógicamente conocía.
Pero mi
desazón se dio en los primeros segundos de la primera clase.
Cuando
comencé a hablar una profesional me pregunto: “¿cómo nos vas a calificar?”.
En eso ni
había pensado; lo que más quería yo era que ellos pudieran recibir todos los
conocimientos pedagógicos que les faltaba.
Con lo
cual veo que el tema de la nota y la competencia atraviesa todas las
generaciones, desde los más pequeños en la Escuela primaria hasta el Nivel Superior.
¿Cómo
cambiar este paradigma?. ¿Cómo cambiarnos el chip?.
Esto es
un gran desafío porque aún hoy, muchos docentes insisten en el tema de la nota.
No tener
nota no significa no evaluar. Evaluar es distinto que calificar. Uno puede evaluar
conceptualmente y no numéricamente. Por supuesto que es necesario que el alumno
reciba una devolución de su docente. Para esto ayudan muchísimo las rúbricas.
¿Cómo
hacer entonces para cambiar la mentalidad, primero en los docentes y después en
los alumnos, de que la nota no es necesaria y que lo necesario es aprender?.
¿Cuánto
alumnos hay que habiendo estudiado por la nota, después de rendir un examen y
aprobar, unos días después no saben explicar lo que estudiaron?
¿Esto sirve
de algo?. Para el aprendizaje no.
Por lo
tanto habría que apelar a la responsabilidad de cada uno y al interés de cada
uno para aprender.
Recuerdo
en este momento una película que vi hace poco: “Like stars on earth” ( “Taare
Zameen Par”, “Estrellas en la Tierra”)
En ella un padre exige a sus hijos ser los mejores. A
uno de ellos en una competencia le exige ser el primero. Del otro no puede
aceptar que no aprenda y que tenga dislexia.
En
Argentina sabemos mucho de querer ser los primeros. Hace unos años en el
mundial de fútbol llegamos a la final con Alemania. Salimos subcampeones y eso
nos entristeció muchísimo. En lugar de alegrarnos por haber estado entre los
dos mejores del mundo nos sentimos fracasados.
Estamos
siendo formados desde pequeños para la competencia y para sobresalir. Para el
éxito. No para el trabajo colaborativo. No para el aprendizaje.
Entre
nosotros parece que todo gira en torno a la calificación, no a los
aprendizajes.
Si hoy se
eliminaran la notas, muchos docentes ya no sabrían qué hacer para que sus
alumnos le presten atención.
Es
imprescindible volver a formar a los docentes en el tema de los intereses y la
motivación. Si el alumno no tiene interés y no está motivado solamente va a
estudiar por la calificación, y en definitiva, no aprenderá.
miércoles, 2 de enero de 2019
Cómo lograr que los alumnos recuerden a través del tiempo
Cómo lograr
que los alumnos recuerden a través del tiempo. Cómo lograr que lo enseñado
permanezca en la memoria a largo plazo y pueda ser recuperado
Hoy en día las neurociencias están en auge. Están influyendo
enormemente en la Psicología, la Psicopedagogía y la Educación. Algo importante
para contextualizar sus recomendaciones es que tienen una íntima conexión con los
paradigmas conductista y cognitivista.
En esta ocasión ofrezco unas líneas sobre un video del Dr.
Roberto Rosler, Director del laboratorio de Neurociencias y Educación de la
Asociación Educar, Médico neurocirujano y Profesor de neurofisiología de la
carrera de Psicopedagogía de la UCA (Bs. As.).
Lo que escribo es simplemente una guía-síntesis del video;
no reemplaza al mismo. Sugiero que lo vean antes de continuar con este texto:
Rosler propone 7 pasos.
Primero: abrir
memorias sensoriales (abrir los sentidos).
Lograrlo a través de 5 estrategias: 1-atención; 2-emoción;
3-organizadores visuales (p.ej. a través de mapas conceptuales, etc); 4-
novedad (p.ej. contar hechos bizarros) ; 5-relevancia (relacionar lo enseñado
con la vida diaria)
Segundo: Hacerlos
pensar; hacer preguntas que busquen conectar lo recibido en la memoria de
trabajo con lo que ya poseen en la memoria a largo plazo). Aquí se necesita
tiempo y silencio para lograr el pensamiento reflexivo.
Tercero: Autogenerar.
Hacer un resumen de lo aprendido con sus propias palabras
Cuarto: Fortificar.
Fortalecer el aprendizaje a través de la evaluación formativa. Lo que no se
haya entendido enseñarlo de nuevo, de una manera distinta.
Quinto: Practicar.
A partir de la repetición se generan sinapsis. Pero hacer la repetición de una
manera que no resulte aburrida. Es importante saber que la información también
se consolida mientras dormimos
Sexto: Repasar.
Repetir de una manera diferente. Fortificar las conexiones neuronales. Si no se
repasa se corre el riesgo de que las sinapsis se poden.
Séptimo: Recordar.
Recuperar lo aprendido mucho tiempo después de haberlo logrado. Para recuperar
ayuda darles pistas a los alumnos.
jueves, 27 de julio de 2017
La relación entre contenidos (o la
transversalidad)
La
Transversalidad Educativa enriquece la
labor formativa de manera tal que conecta y articula los saberes de los
distintos sectores de aprendizaje y dota de sentido a los aprendizajes
disciplinares, estableciéndose múltiples conexiones.
La
transversalidad facilita que los aprendizajes integren sus dimensiones
cognitivas (el saber teórico), procedimentales (el saber hacer), actitudinales
(el saber ser: valores y actitudes) y relacionales (el saber trabajar en equipo).
cfr. https://www.ayudamineduc.cl/ficha/que-es-la-transversalidad-educativa-5
Hace ya mucho tiempo, conocí un cuento, titulado “El
corcho” que acá reproduzco:
Hace años, un inspector visitó una
escuela primaria.
En su recorrida observó algo que le
llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada atrás de su
escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.
Decidió presentarse:
- Permiso,
soy el inspector de turno...¿algún problema?
- Estoy
abrumada señor, no sé qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el
Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles
ni qué decirles...
El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el
desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
- ¿Qué
es esto?
- Un
corcho señor... -gritaron los alumnos sorprendidos.
Bien, ¿De dónde sale el corcho?
- De
la botella señor. Lo coloca una máquina.., del alcornoque.., de un árbol ... de
la madera..., - respondían animosos los niños.
- ¿Y
qué se puede hacer con madera? -continuaba entusiasta el docente.
- Sillas...,
una mesa..., un barco...
- Bien,
tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca
el puerto más cercano para nuestro barquito?
- Escriban
a qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano?
¿A qué país corresponde?
¿Qué poeta conocen que allí nació?
¿Qué produce esta región?
¿Alguien recuerda una canción de
este lugar?
Y comenzó una tarea de geografía, de
historia, de música, economía, literatura, religión, etc.
La maestra quedó impresionada. Al
terminar la clase le dijo conmovida:
- Señor,
nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias.
Pasó el tiempo.
El
inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra.
Estaba
acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...
-
Señorita...¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?
- Sí
señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde
lo dejó?
Hasta aquí el cuento. Pensemos ahora en la realidad.
viernes, 30 de diciembre de 2016
Cómo enseñar a quien no presenta interés
En Argentina desde Marzo del
año 2007 la Escuela Secundaria comenzó a ser obligatoria. Por un lado, es un
hecho importante para que todos puedan acceder a la educación
mínima necesaria en estos tiempos, a fin de conseguir un empleo formal. Pero por
otro, ha creado un problema: jóvenes que antes no iban a la escuela, ahora están
sentados en las aulas, muchas veces contra su voluntad. Ante esto los docentes
y la Institución se enfrentan a un gran desafío: ¿cómo intentar enseñar a quien
no quiere estar en la escuela?.
Observo un paralelismo cuando en nuestro país, en la década del 50, se dio
una creciente expansión del sistema de enseñanza, enmarcada en una política
educativa destinada a brindar una “Educación para todos”, lo cual generó una
demanda social en orden a asegurar la adquisición de aprendizajes formales por
parte de todos los alumnos.
El
fracaso escolar comienza entonces en aquel momento a ser motivo de preocupación
ligado a los problemas de aprendizaje.
Desde una perspectiva pedagógica
se reconocían, hasta ese momento, dos modalidades de respuesta al fracaso
escolar: por una parte el rol de las maestras particulares, que abordaban el
trabajo de los niños con problemas de aprendizaje mediante intervenciones
reeducativas; y por la otra, el surgimiento de la educación especial, como un
cuerpo de conocimientos pedagógico didácticos dirigido a personas con algún
tipo de discapacidad (disfunciones o anomalías) que dificultara la normal
adquisición de conocimientos, lo cual complementó el enfoque médico
asistencial.
Estas modalidades de respuesta
resultaron insuficientes para el abordaje del problema del fracaso escolar,
por lo que se requirió de nuevos conocimientos que generaran una mayor
comprensión de la problemática y dieran lugar a nuevas prácticas profesionales.
Es en esta situación donde surge un nuevo campo profesional como aporte a la problemática planteada: la Psicopedagogía.
Pues bien, considero que en este momento estamos atravesando un desafío
similar, pero, a diferencia de aquellos tiempos, aún no hemos encontrado una respuesta
adecuada. El planteo es, pues:
¿Cómo enseñar a quien de
entrada no presenta interés?
domingo, 28 de agosto de 2016
Para qué sirve lo que
enseñamos (o aprendemos).
La
transferencia del conocimiento
Muchas veces se escucha decir a los alumnos ante un nuevo contenido, “y
esto…¿para qué me sirve?”. Y a veces la respuesta del docente es, “ya lo verás”,
“ya llegará el momento en que entiendas por qué”, o “ya lo emplearás”. En ocasiones esta respuesta es verdadera, pero muchas veces el contenido recibido jamás se
usará en la vida.
viernes, 14 de agosto de 2015
Dictar materias utilizando técnicas grupales
Toda clase podría ser dinamizada con técnicas grupales.
Una técnica grupal puede ser empleada para comenzar una
clase y así predisponer al desarrollo de un tema, al final como cierre o en
medio de la misma.
Siempre al elegir una técnica se lo debe hacer con un
objetivo definido. No se la debe usar porque "es linda", porque siempre los
chicos “se enganchan” o "para cubrir un tiempo" que de otra manera no sabría cómo
llenarlo.
También se debe tener en cuenta la “motricidad” y la “exposición
de los integrantes”. Es decir, conociendo previamente al grupo sabremos si
todos tienen posibilidad de desplazamiento o algún integrante tiene
dificultades motoras; tendremos también en cuenta el lugar, si es pequeño o
amplio.
Si pensamos en la motricidad, podemos clasificar las técnicas
como de alta, mediana o baja motricidad. En cuanto a la exposición, lo mismo:
de alta exposición de los integrantes (ejemplo podría ser una dramatización o
representación, donde todos están observando a unos pocos que actúan), de
mediana exposición (donde muchos son los que hablan) o de baja o nula exposición
(por ejemplo, el amigo invisible).
En cuanto al uso de las técnicas en Educación tomamos lo
expuesto por Gustavo Cirigliano y Aníbal Villaverde, en su libro “Dinámica de
grupos y Educación” de Ediciones Lumen, que en el 2012 ya publicaba la 3ª
reimpresión de la edición 21ª, lo cual
habla de la excelencia de este texto.
Lo que seguirá pertenece a estos autores, pero antes quiero
señalar que en cualquier buscador de Internet colocando palabras como “Dinámica
de grupos”, “Técnicas grupales” u otras similares se podrán encontrar con
infinidad de posibilidades, de las cuales podremos elegir la que mejor se
adecue a nuestras necesidades. A modo de ejemplo recomiendo:
y
http://www.uv.mx/dgdaie/files/2013/02/zManual-de-Tecnicas-y-Dinamicas.pdf
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