¿Calificaciones o aprendizajes?
La actual
situación de pandemia nos ha obligado a cambiar las estrategias de enseñanza. Los
docentes tuvimos que adecuarnos a las tecnologías que nos permiten enseñar a
distancia.
Si bien fuimos
superando los escollos, sin embargo seguimos con un gran desafío que es la
calificación.
Desde
siempre hemos aprendido a pedir notas, a ser calificados, a competir.
Aún de grandes seguimos pidiendo lo mismo.
Recuerdo una anécdota: hace unos cuantos años cuando di una materia en el tramo
pedagógico para profesionales.
Los alumnos eran todos profesionales a los
cuales les faltaba el título docente. Había entre ellos Psicólogos, Contadores,
Licenciados en comunicación, abogados, etc. Cualquiera de ellos me podría haber
enseñado a mí, en cuestiones de su incumbencia.
Para esa
ocasión compre nuevos libros, me preparé muchísimo para poder brindarles a mis
colegas lo mejor de la pedagogía que podía ofrecerles. Prepare las primeras
clases con esmero. Muy entusiasmado por poder ofrecerles todo lo que
pedagógicamente conocía.
Pero mi
desazón se dio en los primeros segundos de la primera clase.
Cuando
comencé a hablar una profesional me pregunto: “¿cómo nos vas a calificar?”.
En eso ni
había pensado; lo que más quería yo era que ellos pudieran recibir todos los
conocimientos pedagógicos que les faltaba.
Con lo
cual veo que el tema de la nota y la competencia atraviesa todas las
generaciones, desde los más pequeños en la Escuela primaria hasta el Nivel Superior.
¿Cómo
cambiar este paradigma?. ¿Cómo cambiarnos el chip?.
Esto es
un gran desafío porque aún hoy, muchos docentes insisten en el tema de la nota.
No tener
nota no significa no evaluar. Evaluar es distinto que calificar. Uno puede evaluar
conceptualmente y no numéricamente. Por supuesto que es necesario que el alumno
reciba una devolución de su docente. Para esto ayudan muchísimo las rúbricas.
¿Cómo
hacer entonces para cambiar la mentalidad, primero en los docentes y después en
los alumnos, de que la nota no es necesaria y que lo necesario es aprender?.
¿Cuánto
alumnos hay que habiendo estudiado por la nota, después de rendir un examen y
aprobar, unos días después no saben explicar lo que estudiaron?
¿Esto sirve
de algo?. Para el aprendizaje no.
Por lo
tanto habría que apelar a la responsabilidad de cada uno y al interés de cada
uno para aprender.
Recuerdo
en este momento una película que vi hace poco: “Like stars on earth” ( “Taare
Zameen Par”, “Estrellas en la Tierra”)
En ella un padre exige a sus hijos ser los mejores. A
uno de ellos en una competencia le exige ser el primero. Del otro no puede
aceptar que no aprenda y que tenga dislexia.
En
Argentina sabemos mucho de querer ser los primeros. Hace unos años en el
mundial de fútbol llegamos a la final con Alemania. Salimos subcampeones y eso
nos entristeció muchísimo. En lugar de alegrarnos por haber estado entre los
dos mejores del mundo nos sentimos fracasados.
Estamos
siendo formados desde pequeños para la competencia y para sobresalir. Para el
éxito. No para el trabajo colaborativo. No para el aprendizaje.
Entre
nosotros parece que todo gira en torno a la calificación, no a los
aprendizajes.
Si hoy se
eliminaran la notas, muchos docentes ya no sabrían qué hacer para que sus
alumnos le presten atención.
Es
imprescindible volver a formar a los docentes en el tema de los intereses y la
motivación. Si el alumno no tiene interés y no está motivado solamente va a
estudiar por la calificación, y en definitiva, no aprenderá.
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